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( 1ª PARTE - Primavera )
RICARDO I, “Corazón de León”
Desde nuestra más tierna infancia, todos hemos comentado lo que nos gustaría ser cuando fuésemos mayores. Unos, los niños, quieren ser de mayores, bomberos, generales o bien astronautas. Otras, las niñas, quieren ser enfermeras, artistas de cine o misioneras. La imaginación es libre y de pequeños soñamos con actos valerosos, sublimes o místicos; todo depende del carácter de cada uno. Es normal la contestación que dan los niños a la consabida pregunta de .... “¿Qué querrás ser tu, cuando seas mayor?, contestando : Yo quiero ser bombero. Por lo menos era así cuando yo era pequeño. Pienso que ahora la contestación será similar.
A medida que vas creciendo, los gustos cambian. Recuerdo que cuando aún era niño, en el pueblo de Alforja se estrenó una película titulada LAS CRUZADAS. Si mal no recuerdo el protagonista de la película era Frederic March, (galán de la época, que enamoraba a las quinceañeras y que todos los jóvenes queríamos emularlo por su valentía, elegancia y caballerosidad), el cual hacía el papel del valeroso Rey de Inglaterra RICARDO I, “Corazón de León”, que partiendo en el año 1189 con sus huestes desde su patria, llegaba a Francia, para embarcar en Marsella, desde donde navegaba por el mar Mediterráneo hasta alcanzar el puerto de Acre, (en Palestina), para liberar Jerusalén que estaba en poder del Islam al mando del sultán Saladino. Liberación que no consiguió, (pero que no salió en la película); todo ello a instancias del Pape Gregorio VIII que dos años antes había predicado en Roma la reconquista de los “santos lugares”, lo cual animó a los reyes de Inglaterra, (Ricardo I); de Francia, (Felipe II Augusto), y de Alemania, (Federico I Barba-roja), para crear la III Cruzada contra los infieles que ocupaban y devastaban aquellas tierras del cercano oriente. El rey Ricardo I aunque no logró ocupar Jerusalén, si logró de Saladino un tratado que permitiese su libre acceso a los cristiano a la Ciudad Santa.
Lo que si recuerdo con toda nitidez es que durante varios días, todos los niños de Alforja soñábamos con ser Ricardo “Corazón de León” y que en los aledaños del “antic castell d’Alforja”, unos chicos arriba y otros abajo, armados con bastones, (que eran las espadas de los cruzados) y trozos cuadrados de cartón, (que eran los escudos de dichos cruzados o bien de los sarracenos), entablábamos verdaderas batallas épicas, en defensa o ataque del castillo sitiado. Sin lugar a dudas, cualquiera de nosotros en aquellos momentos . . . . .su personaje histórico era . . . . . RICARDO I, Corazón de León. El mío también lo era.
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