Este viejo cachondo es mi padre. Así le recordaré a pesar de los pesares, riendo, bailando y provocando carcajadas a todos los que le rodeaban, no siempre intencionadamente, siempre desvergonzado y feliz.
Muchos conocíais a mi padre, tal y como algún día se os presentó: Hola, soy Alberto Gené de Alforja, Provincia de Tarragona. En actos sociales omitía la referencia a su DNI, y en gestiones ante la Administración recitaba su dirección completa.
Este aborigen, o espécimen, de Alforja nos dejó un gran recuerdo a muchos y durante este primer verano en Asturias sin el, muchas han sido las referencias a su ausencia. Debido a la carencia de espiritualidad existente en mi familia, no barajamos la opción de que ni lea esto, ni me escuche, ni nada por el estilo, pero si sabemos que está presente en la memoria de muchos, y que a el le hubiese encantado despedirse de todas aquellas personas que pasaron por su vida de otra manera.
Las cuatro siguientes entradas van a llevar su firma. A pesar de poder caer en algún tipo de delito contra la propiedad intelectual, o en un exceso de melancolía, os invito a leerlas pues en ellas el da su visión de la vida, y como fue evolucionando a medida que pasaban los años.
Por suerte, el llegó a ver como una publicación local de su queridísima Alforja publicaba sus dos primeros escritos. Los otros dos aunque tarde también se publicaron.
Cuando lo hayáis leído, os recomiendo volver a echarle un vistazo a la cara de mi padre, y sobretodo a esa carcajada. Yo por lo menos no puedo evitar sonreír, y preguntarme quien será el de la barba, y donde andaría metido mi padre con esa banda...
Este aborigen, o espécimen, de Alforja nos dejó un gran recuerdo a muchos y durante este primer verano en Asturias sin el, muchas han sido las referencias a su ausencia. Debido a la carencia de espiritualidad existente en mi familia, no barajamos la opción de que ni lea esto, ni me escuche, ni nada por el estilo, pero si sabemos que está presente en la memoria de muchos, y que a el le hubiese encantado despedirse de todas aquellas personas que pasaron por su vida de otra manera.
Las cuatro siguientes entradas van a llevar su firma. A pesar de poder caer en algún tipo de delito contra la propiedad intelectual, o en un exceso de melancolía, os invito a leerlas pues en ellas el da su visión de la vida, y como fue evolucionando a medida que pasaban los años.
Por suerte, el llegó a ver como una publicación local de su queridísima Alforja publicaba sus dos primeros escritos. Los otros dos aunque tarde también se publicaron.
Cuando lo hayáis leído, os recomiendo volver a echarle un vistazo a la cara de mi padre, y sobretodo a esa carcajada. Yo por lo menos no puedo evitar sonreír, y preguntarme quien será el de la barba, y donde andaría metido mi padre con esa banda...
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