Ya son demasiados los años que llevo arrepintiendome de no haber instalado aire acondicionado en casa, y todavía hoy recuerdo a mi hermana y a mi madre decidiendo que mejor instalar calefacción, y más adelante el aire... Ahora tengo una calefacción que apenas uso en invierno, y en verano me muero de calor. Los vaticinios de mi madre y mi hermana eran tan pesimistas que me convencieron de instalar calefacción, y a su vez de comprarme varias chaquetas (por cierto, todas perdidas en lances nocturnos). Este año será el último. No puedo más.
Esta tarde al llegar a casa, el termometro que está en el salón-comedor marcaba 34 grados, y el ambiente estaba insoportablemente cargado. Con el afán de encontrar la huidiza corriente de aire, había dejado una ventana abierta. Por error dejé la ventana de la cocina, por lo que todos los aromas de las comidas vecinales habían confluido en mi casa.
Afortunadamente tenía hora en el fisioterapeuta para acabar de enderezar este cuello, así que me he dado una ducha fría, me he quitado el disfraz cual Clark Kent y he salido volando con mi añorado automóvil, donde he puesto en marcha el aire acondicionado al mismo tiempo que llevaba las ventanillas bajadas, vicio adquirido de mi buen amigo Fede, y transmitido a su vez a Iñaki.
Después del masaje, me han puesto un compex con corrientes descontracturantes y una bolsa de agua caliente cubriendome la espalda. Asi que si había logrado olvidarme del calor del verano, pues toma dos tazas, y a sudar como el que más.
En fin, mi última jugada para librarme del calor ha sido desplazarme hasta la playa de Bogatell, y retozar unas cuantas horas en una tumbona mientras anochecia, acompañado de un par de amigas algo perjudicadas, tanto por los mejunjes que les iba trayendo un tal "vampiro", como por la presencia del mismo.
El objetivo se ha cumplido, he pasado la tarde lo más fresquito posible, y al llegar a casa ya he visto que algo de aire circulaba por la casa, no he tenido que degustar las fragancias de las cenas de mis queridos vecinos, y ahora solo me falta afrontar otra misión imposible: Dormir. Mañana vuelta a empezar, ponte disfraz, resopla, y a currar.
miércoles, 26 de julio de 2006
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2 comentarios:
buenas, te saluda una de tus amigüitas que tomaba la otra noche brebajes traídos por un vampiro. Aunque la noche no acabo cuando nos dejaste en casa. A la que giraste con tu vólido, la italiana y yo misma nos acercamos al famoso bar friends y continuamos.... toda una fiesta!!
al dia siguiente me quería morir. era como si tuviera los Rollings en mi cabeza. y juré que nunca más volvería a beber. como llevo haciendo desde hace más de 15 años!!
hay cosas que no cambian ni en los treinta
Creo que debéis acompañar vuestros jugosos comentarios con soporte gráfico.
En cuanto a ti Edu, espero que el calor no sea paralizante y reemprendas de nuevo con ritmo vivo 'Malditos Treinta'; tus lectores así lo exigen.
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