
La familia Baquero, debido a excesivos exilios, deportaciones, encarcelamientos, y muchos otros tipos de situaciones forzadas, ha generado múltiples ramificaciones diseminadas por la geografía española. Aunque como el oso, se centra en la cordillera cantábrica, encontramos algunos ejemplares aislados en zonas tan remotas como Menorca, Madrid, Galicia, Barcelona, Tarragona,...
Gonzalo Baquero González era mi abuelo, o mejor dicho "el abuelito", y era el cabeza de familia de los que emigraron a un pueblo llamado Alforja, en la provincia de Tarragona. El era una de esas personas que siempre saben ambientarse, ya sea en un bar, o rodeado de media docena de nietos.
El abuelito, era un cuentacuentos. Sabía como mantenernos con la boca abierta, los ojos fuera de órbita, y lo más calladitos posible. El truco era muy sencillo, simplemente se autotransformaba en un aventurero. ¿Que digo yo? En un héroe!!!, en NUESTRO héroe!!!
Su objetivo además de entretenernos cuando pasaba una tarde con nosotros, era cimentar un orgullo por ser miembros de la noble estirpe de los Baquero.
Para aquellos que no lo sepan, siempre según mi queridísimo abuelo, los Baquero estuvimos al mando del séptimo de caballería matando a tantos indios por minuto como balas cabían en nuestros Winchester.
Y ese, y no otro, es el motivo por el que las películas del Oeste, también se llamaban películas de "Baqueros". En ellas el protagonista, siempre algún pariente lejano, se veía las caras con el temido rufián conocido como "El Malo Maloso", quien tenía especial interés por los niños que lloraban, se portaban mal, o no bajaban a comprar tabaco a sus abuelitos.
También consta en nuestro currículum familiar, el exterminio de los lobos en medio mundo. Las batidas de lobos eran una constante en la vida imaginaria de mi abuelo, y el pobre hombre siempre topaba con el mismo lobo, "El Lobo Fosero".
El "Lobo Fosero" se convirtió desde el primer momento en motivo de pesadilla para los nietos. Especialmente traumatizado quedó Miquel Grifoll Vaquero*, quien por culpa del miedo hacia el maldito canino que fue incapaz de pronunciar las palabras Lobo Feroz durante su infancia, creando la variante y la leyenda del Lobo Fosero.
EL escenario ideal para estas historias eran las montañas de Asturias, y en concreto aquellas que rodean Lena. En esas montañas se encuentra "La Cueva del Oso".
Allí Don Gonzalo unas veces se mantenía escondido silenciosamente, hibernando junto a un oso, escondiéndose de nuestros mayores enemigos indios, lobos, nacionales, maridos, y otra veces simplemente mataba al oso, comía oso, y seguía con otra aventura... Que gran hombre mi abuelo, y que valiente el tío.
Año tras año se producía una adaptación de los hechos, y conseguía de nuevo mantenernos atentos y callados.
Era tan convincente el muy cabrón al contarlo, que más de una pelea he tenido de crio en el colegio con aquellos que dudaban de su palabra.
En 1986 mi abuelo fue víctima de uno de sus vicios, el tabaco. Convirtiendose este en el más odiado de sus enemigos.
Mi padre, a pesar de no ser un Baquero, se había empapado de anécdotas, datos, e historias, durante todos esos veranos en Asturias y se sentía uno más de la gran familía. Cada vez que llegabamos a Asturias, y veiamos esos verdes pastos, y esas montañas, las historias de mi abuelo reaparecían, en nuestros recuerdos, y con un estilo mucho más realista, y socarrón, mi padre se convertía en otro cuentacuentos.
Este año, Asturias ha sido diferente. Faltaba algo. Me acabo de dar cuenta que no me han contado cuentos. Ha sido mi primer año como cuentacuentos. Buenas noches.
* Los Grifoll Vaquero son los descendientes de Celestina Baquero Montes, y deben esa horrible "V" en su apellido a otra de las hazañas de Don Gonzalo Baquero.
1 comentario:
muy bueno, si señor.
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